De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Ainda.

Ainda es mi palabra favorita en portugués. No conozco muchísimas más, pero ésta me gusta mucho. Significa "aún", "todavía".

Hoy voy a escribir, de nuevo, a modo de diario. Lo necesito, porque lo que me inspira es lo que he visto y lo que he vivido.

Hace cuatro años, estuvimos alojados en el mismo lugar. Aquel verano, pasamos unos días tan estupendos y el entorno nos pareció tan perfecto, que estábamos deseando volver. Y es una alegría saber que el tiempo no había hecho que idealizáramos el sitio, porque sigue siendo tan bello como lo recordábamos. No es que conozca muchísimo mundo, pero puedo decir que esta casa, sus jardines y sus paisajes, es de lo más bonito que he visto en mi vida.

La dueña es una mujer mayor, delgada, de figura elegante. De esas mujeres mayores que pueden permitirse no teñirse sus blancos cabellos porque emanan una belleza que va mucho más allá del físico. Una mujer mayor que transmite en su sonrisa que ha leído, que ha viajado, que ha vivido.

Tiene la casa llena de antigüedades. Supongo que muchas habrán sido adquiridas y otras tantas, seguramente, heredadas. También hay un montón de libros, muchos de ellos, de Medicina.

Uno de los clientes, madrileño como nosotros, nos ha contado que suele viajar por todo el mundo a lo largo del año (no sabemos si por placer o por trabajo), pero que desde hace ya tiempo, se viene a pasar un mes entero aquí todos los veranos. Realmente es a lo que este sitio invita. A volver. A hacer de esto, otro hogar.

Anoche el cielo estaba absolutamente limpio de nubes y las estrellas se veían con una nitidez imposible de apreciar en la ciudad. Obvié las bajas temperaturas y me recorrí el jardín con la cámara de fotos. Esto es una muestra de mi tarea:



Me quedaría aquí un mes más, escribiendo, leyendo, fotografiando estrellas, intentando que las ranas del riachuelo que cruza el césped, no se percataran de mi presencia y me dejaran verlas, disfrutando de esta cama recién hecha y de la sombra de las secuoyas.

La tarde la hemos pasado repasando Lisboa. A veces, la gente se sorprende de que me parezca una ciudad más romántica que Roma o París. Puedo entenderlo, porque París es inconmensurablemente bella y no hay suficientes palabras bonitas para describir a Roma. Pero hablo de romanticismo y no de estética. Y Lisboa me parece más romántica, tal vez, precisamente, porque no se ha filmado, escrito ni fotografiado tanto como otras ciudades. Porque los rincones están aquí por descubrir. Porque está aquí, sin que se note demasiado su presencia. Está aquí, discreta, pero viva. Con una vida que sale por los marcos de sus ventanas, por sus caóticos adoquines y por sus cristales rotos. Porque sus fachadas desconchadas son las arrugas que deja el tiempo, por las risas, por los enfados, por los llantos...

Puede ser melancólica, porque es una ciudad en constante atardecer. Pero es bella y serena, como todo lo discreto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario