De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Esto no funciona.

Esto no funciona. En algún momento entre el 75 y el 95, pareció que sí. Había clase media. Casi todos estudiábamos, casi todos teníamos casa, casi todos veraneábamos, casi todos trabajábamos. Pero, como decía una vieja y sabia canción, todos queremos más.

Y, como los que han estado siempre en el poder (unos u otros) también son "todos", también quieren más. Y nadie le puso puertas al campo. Y de esos barros, vienen estos lodos.

¿Funcionaba, entonces, el sistema, cuando las cosas parecían ir bien? Puede, pero desde luego, no era sostenible. Ni ese, ni lo será ningún otro.

Por eso, es hora de cambiar. Borrón y cuenta nueva. No nos vale lo que había antes. No nos condujo a nada bueno. Así que hay que ir a por otra cosa. Algo que seguramente, nunca ha existido. Algo, que probablemente nadie tenga claro cómo deba ser y algo que, quizás, termine por no ser bueno tampoco, pero lo sabremos por el camino.

Quizás ahora da todo más miedo. Es posible que antes, las revoluciones ya tuvieran un nombre, que las corrientes sociales y económicas estuvieran más claras, ya fueran mejores o peores: comunismo, socialismo, fascismo, capitalismo. Ahora ¿qué nombre tiene? Ahora es todo distinto, porque nosotros, la gente de a pie, tenemos más voz que nunca gracias a los altavoces de las redes sociales.

Es hora de cambiar. Y estamos dando pasos grandes. Creo que ya sabemos lo que no queremos. Ahora tenemos que ponernos de acuerdo en lo que queremos.

No se trata de que haya que estar sufriendo para ver que este cambio es absolutamente necesario, ni para quejarse de la situación. Yo trabajo, no tengo a nadie en paro en mi familia, ni paso penurias para pagar la hipoteca. Pero eso no me ciega en absoluto. Aunque yo, personalmente, no necesite un cambio, no me hace falta quedarme en paro para tener clarísimo que esto, no funciona.