De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

martes, 21 de febrero de 2012

Estoy harta.

Sí. Estoy harta. Cabreada. Molesta. Por cómo somos, por cómo nos comportamos.

Harta de que casi nadie dude y casi todos afirmen.

El individuo, como tal, casi no existe. Casi no existe el pensamiento propio, la ideología propia. La gente ya no decide cuáles son, una a una, sus ideas. La gente decide que pertenece a un grupo y todas las ideas de ese grupo, le son válidas. Todo es "conmigo o contra mí". Si no soy de derechas, soy roja. Si no soy de izquierdas, soy facha.

Hay gente que podría definirse a sí misma usando, en lugar de adjetivos, los grupos a los que pertenecen.

Qué poquitos son los que se paran a analizar las diferentes posturas. Qué poquitos los que se fijan en los matices de las cuestiones. Qué poquitos los que se ponen en el lugar del otro. Porque TODOS tenemos nuestras propias razones. Razones que explican por qué actuamos así.

Nos encanta juzgar. Nos encanta pensar que nuestra postura es la correcta y como tal, válida para cualquiera. Nos encanta criticar al prójimo por cómo lleva su vida, por querer a quien quiere, por cómo usa su dinero. Pero ¿acaso hay alguien a quien no se le haya presentado alguna circunstancia en su vida por la cual haya tenido que ver cómo se tambalean todos sus principios? ¿Acaso no todos hemos tenido que cambiar de opinión alguna vez?

Nadie tiene toda la razón. Y en cambio, todos pensamos que la tenemos. Y muchos, en lugar de defenderla, se dedican a agredir, a insultar a cualquiera que no piense igual.

Y esto no pertenece solamente a bandas violentas radicales. No. Basta con pasear por la calle, basta con abrir Twitter, basta con leer los comentarios de cualquier blog, periódico o foro. Es impresionante la cantidad de gente que insulta, que dice verdaderas barbaridades ofensivas, que sólo tiene ánimo de destrucción y no de discusión. Gente que se permite el lujo de insultar a entrenadores, dependientes, médicos, pilotos, taxistas, barrenderos, programadores, periodistas, abogados, contables, modelos, seleccionadores, informáticos, cocineros, parados, funcionarios, cantantes, mensajeros, diseñadores, conductores de autobús... De insultarlos de manera gratuita. Porque sí. Porque pensamos que somos nosotros los que sí sabemos hacer las cosas, los que tenemos la solución para todo, los que conocemos el camino recto.

¡Claro que tenemos derecho a opinar! ¡Claro que debemos opinar! Pero leo cada vez menos opiniones y más imposiciones, más insultos.

Se supone que en una sociedad avanzada, en pleno siglo XXI, debería primar el diálogo, la empatía, la comunicación abierta. Pero es la tecnología la que avanza. Son las modas las que avanzan. Pero los seres humanos somos todos nuevos y no aprendemos ni de los errores ni de los aciertos de los que vivieron en siglos anteriores. Y nuestro principal error suele ser, precisamente, creer que tenemos la razón.

Creo que pocas veces he sido tan vehemente en este blog. Sólo quiero defender el debate, la discusión, el intercambio de pareceres, la dialéctica en contraposición al insulto fácil y a la cerrazón de oídos.

4 comentarios:

  1. se traduce mucha rabia en tus palabras

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  2. Ya te digo, colega Anónimo. Como para pedirle aqui a la Una usar su baño y dejar la tapa subida.
    Pero la verdad es que es jodido que en este mundo tenga mas presencia el "homo homini lupus" de Hobbes que el "loopy de loop" de Hanna-Barbera.
    Si es que lo mejor es fijarse en las cosas para que la máxima decepción sea quedarse sin 3G.

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  3. Entiendo tu cabreo, veo el mismo clima de agresión y descalificación de este lado, y cada vez menos debate de ideas, la cosa es "a todo o nada" o "conmigo o contra mi". Creo que lo que uno debe aportar es un mínimo de cordura a esta situación, un granito de arena negro en una playa de indiferencia blanca... pero bueno, al menos es algo.

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  4. Totalmente de acuerdo contigo, Patricio. Parece que es un mal universal...

    Gracias a todos por los comentarios.

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