De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

miércoles, 30 de junio de 2010

Méritos.

Voy a decir algo extraño, poco políticamente correcto, mal visto: casi nadie tiene mérito.

Es un comentario un poco radical y conviene matizarlo, claro está. Pero me baso en que casi todo lo que hacemos por voluntad propia, lo hacemos porque, o se nos da bien, o nos hace felices.

Todo el mundo dirá que cómo se me ocurre decir que, por ejemplo, lo que hizo Teresa de Calcuta, no tuvo mérito. Pues bien... yo creo que no lo tuvo. Porque estoy convencida que lo hacía porque le salía de dentro, porque hacerlo, le hacía increíblemente feliz. Esa gran mujer tenía la inmensa suerte de ser profundamente bondadosa. Tenía la suerte de que una fuerza enorme que nacía de lo más profundo de su ser, le llevara a ayudar a los más necesitados y luchara contra lo que fuera por conseguirlo. Y estoy segura de que todas las noches se acostaba con una paz tremenda y con una felicidad en el corazón que muy pocos pueden llegar a sentir. Ella era digna de admiración por ser así... pero lo que hizo, en el fondo, no le provocó sufrimiento.

Se me está malinterpretando, seguro. Porque es difícil de explicar. Esta noche me he atrevido con un tema un poco delicado...

Lo que uno hace por vocación, por ilusión, porque ama lo que hace... no requiere esfuerzo. Está claro que muchas cosas conllevan mucho trabajo, muchos sinsabores, muchas energías físicas o mentales... pero cuando las haces porque quieres, porque deseas hacerlas de corazón... el esfuerzo es mucho más liviano.

El mérito consiste, a mi humilde modo de ver, en hacer cosas que no te gusten, que te resulten pesadas, desagradables, pero que, a pesar de no tener más remedio que hacerlas, las aguantes estoicamente y hasta con una sonrisa.

¿Sigo sin explicarme? Tal vez no debería haberme metido en este berenjenal...

Pero todo lo que hagas porque te hace feliz, o por amor... te resta méritos.

Cantar bien no es un mérito. Es una suerte genética. Igual que ser un gran deportista. O hacer raíces cuadradas con decimales y sin calculadora. O tener unos ojazos.

Todos hemos nacido con un don o dos. Y potenciar esos dones es algo placentero, algo que no nos cuesta.

Una vez tuve que tomar la decisión de acabar con algo que no me estaba haciendo feliz. Varias personas me dijeron que había sido muy valiente. Yo siempre pensé que lo valiente habría sido continuar con ello, porque tomar la decisión de acabarlo iba a hacerme feliz y ser feliz es mucho más fácil. ¡Se lleva muchísimo mejor!

No digo que no haya que admirar a la gente. Pero creo que hay que admirarles por tener la suerte de ser como son.

----------
Esta noche, cuando volvía de tomarme algo con una excelente amiga y mejor persona, en el coche de al lado, alguien con muy buen gusto escuchaba esta canción, que resulta ser mi bolero favorito... y que yo, por suerte genética, canto también muy bien (ja).


2 comentarios:

  1. Voy con mucho retraso... pero opino... no creo que hacer cosas cuyo fin sea tu felicidad (provocando o no la de los demás)no tenga mérito. Lo veo un poco radical. Simplificando mucho, muchas veces perseguimos al hacer las cosas sentirnos bien con nosotros mismos (que dicen que viene a significa felicidad), pero a lo mejor hemos de soportar y sacrificar por el camino muchas cosas que nos hacen felices, no? Y eso sí tiene mérito. Perseguir la felicidad es algo que hacemos todos... a poder ser.... por méritos propios... jajajajajaj

    ResponderEliminar
  2. Pues me encanta lo que dices. Gracias por discutirme y darme otro punto de vista.

    ¡Seas quien seas! (que no sé quien eres).

    Un besazo igualmente.

    ResponderEliminar