De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

miércoles, 6 de abril de 2011

Te entiendo perfectamente.

Hace varios años, una amiga y yo intentábamos aconsejar a otra que nos estaba contando sus problemas de pareja. Su chico y ella llevaban una de esas relaciones tortuosas, en las que él suele dar señales claras de que ha perdido el interés y ella suele pensar que en realidad él se comporta así porque, bueno, él es así, muy independiente y suele tener muy mal genio y no le gusta dar explicaciones y está muy liado en el trabajo y blablabla. Le decíamos que, cuando una pareja está enamorada y estable, no tienen por qué existir esas inquietudes. El amor, cuando es amor bidireccional, te hace feliz y no te hace dudar, ni llorar por las esquinas.

Y recuerdo lo que le dije: "Cuando estás bien en el amor, las canciones tristes pierden el sentido. Las encuentras cursis y demasiado dramáticas". Y mi otra amiga me dio la razón.

Me ha venido a la mente cuando he recordado que quiero ver una película que se estrenó ya hace meses: Todas las canciones hablan de mí.

Todo, no sólo las canciones, habla de nosotros. Te enamoras de un tipo que tiene un Audi A3 de color negro y de repente, sólo ves Audis A3 de color negro por la calle. Te dicen que no puedes tener niños y sólo te encuentras mamás empujando sus cochecitos de bebé. Te quedas en números rojos y esta temporada, toda la ropa de las tiendas te parece fabulosa y, encima, te queda bien.

Pero es mentira. Todo está ahí de antes. Todo existe. Pero sólo prestamos atención a lo que habla de nuestras circunstancias.

Claro que yo soy yo y mis circunstancias. Pero ante todo, soy yo. Somos nosotros. Siempre somos nosotros. Y es nuestro carácter el que reacciona ante las situaciones que se nos presentan.

Por eso, no nos vale siempre lo mismo a lo largo de nuestra vida. Necesitamos canciones tristes cuando estamos tristes. Porque necesitamos que nos comprendan y nos encanta saber que hay alguien que ha escrito algo que quiere decir que no somos raros, que no estamos solos. Es más... creo que no hay nada más cruel que escuchar una canción alegre cuando se está triste.
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Así que hoy, dejo una canción que, sin duda, habla de mí: Just The Way You Are - Bruno Mars
¡Y seguro que también habla de ti!:)

martes, 29 de marzo de 2011

Más que palabras.

Dicen que las palabras se las lleva el viento. Pero no es cierto. Ojalá fuera así de fácil. Las palabras son tremendamente poderosas. Son, para nosotros, como las uñas de los gatos, o como las protectoras alas de un ave con sus crías.

Una sola palabra puede causar el más irreparable de los daños. Pero también puede curar la más profunda de las heridas.

Si fuéramos realmente conscientes de lo que decimos y cómo lo decimos, la vida sería más sencilla.

Deberíamos pensar bien todas las frases que vamos a decir en voz alta, porque es posible que nuestro interlocutor no las olvide. Y lo que digamos, será como nuestro pelo, o como nuestra forma de vestir, porque nos definirá.

Y también deberíamos pensar igual de concienzudamente lo que vamos a callar. La ausencia de palabras también hiere.

Una palabra, a veces, duele más que una bofetada y eriza la piel más que un beso.

Somos, además de agua o células, lenguaje. Él es el que da forma a nuestros pensamientos y emociones. Y por eso es esencial que los comuniquemos bien. Que nuestras palabras sean el dibujo fiel de nuestra mente y nuestro corazón. Que nuestras palabras hablen bien de nosotros.

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Y, hablando de palabras, esta canción está llena de ellas. Y dicen mucho.
The Last Shadow Puppets - Meeting Place

lunes, 21 de marzo de 2011

Información meteoro¿lógica?.

Todos los programas hablan hoy de lo mismo: ha llegado la primavera. ¿Por qué el tiempo ocupa tantos espacios en las noticias? Entiendo que suceda cuando nieva en agosto, o cuando hay inundaciones, o una extrema sequía, o una tremenda ola de calor... Pero que llueva en marzo, o que algunas playas se llenen a principios de abril, durante un par de días, no es noticia.

Una hora y media de tele diaria dedicada al tiempo. ¡Ni que todos fuéramos agricultores, marineros o camioneros! Supongo que la mayoría de la gente decide qué ponerse cuando abre la ventana por la mañana...

Y la cantidad de quejas que genera: que si por qué siempre empiezan a dar el tiempo por Galicia, que por qué siempre hay una nube en Asturias, cuando casi siempre luce el sol, que por qué el hombre del tiempo no se pone a la izquierda, que no se ven las Baleares, que por qué dicen "grados centígrados", cuando lo correcto es decir "grados Celsius"...

Aun así, tengo que reconocer que algo tendrá, cuando es uno de los programas con más audiencia, día tras día...

lunes, 14 de marzo de 2011

Sólo un piano.

¿Qué tendrá la música que es capaz de transformarnos?

Eso me ha venido a la mente, en cuanto ha empezado a sonar, de repente, en la tele, la deliciosa Gymnopedie nº1 de Satie...

Gymnopedie nº 1 - Erik Satie

jueves, 10 de marzo de 2011

Harta del Arte.

Creo que estoy harta de los "listos". Lo que voy a plantear aquí es una reflexión más que habitual en los debates caseros, pero es que también es más que habitual encontrar el tipo de cosas de las que me voy a quejar.

Hace un rato he leído un artículo en el que se ponía verde a los best-sellers, argumentando que no son Literatura. Suele pasar: en cuanto algo se vende por millones de ejemplares, ya es malo. Ya no es Arte.

Sucede también con la música. Lady Gaga es un horror, porque llena campos de fútbol. En cambio, la música como Arte, está escondida en la programación de un pequeño local de conciertos del barrio de Carabanchel. Pero nadie la sabe valorar.

Entonces ¿qué es el Arte? ¿Es algo tan superior a nosotros, casi divino, que sólo pueden entenderlo y valorarlo quienes lo crean y tres o cuatro elevados que lo comprenden?

Entiendo, además, que el artista, por definición, aspira a ser pobre, porque en cuanto un músico entre en las listas de éxitos, ya es un producto comercial. Ya no mola. Lo que mola es decir el nombre de un grupo y que no lo conozca nadie. Lo que mola es leer un libro del que sólo se han editado 100 ejemplares y cuya editorial cerró semanas después de la publicación.

Encumbramos lo minoritario, magnificamos lo que conocemos menos y todo eso no es más que el producto de un tremendo complejo de inferioridad o superioridad, según el caso: "No lo entiendo, así que tiene que ser buenísimo" o "Lo entiendo perfectamente; por fin un autor a la altura de mi intelecto".

Los autores minoritarios no pueden quejarse de que Ken Follet o Carlos Ruiz Zafón vendan como churros. Tendrían que estar felices de ser minoritarios. Según sus propias teorías, significa que son buenísimos.

Además, estoy segura de que los grandes autores incomprendidos, se comen más de una hamburguesa, aunque éstas no sean precisamente "Gastronomía".

Pretender que todo el "Arte" sea de una calidad exquisita es como pretender que toda la humanidad tenga un intelecto y una sensibilidad extremos, amén de bastante tiempo libre para pararse a profundizar. Y nos quedan varias glaciaciones para conseguir eso.

lunes, 21 de febrero de 2011

Mediados de mayo.

Me recuerdo un día de sol, con ese calor incipiente de mediados de mayo.

Era sábado. Me levanté con una sonrisa. Y me puse aquel vestido rojo de manga corta y falda de vuelo, que me gusta tanto. Me calcé unos zapatos azules de tacón y me puse a bailar delante de mi espejo blanco, con aquella luz entrando por las rendijas de la persiana de mi habitación.

Y aquella suave música de fondo.

Y el optimismo que viaja siempre con el aire de la primavera.

Y la sensación de que era serenamente feliz. E inmensamente feliz.

Ojalá estuviéramos ya a mediados de mayo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Misread.

La otra noche, un buen amigo mío, me dijo que, desde que empezó a leer libros de Astronomía, su vida le parece muy pequeña. Es verdad que es eso lo que produce esa ciencia. Darse cuenta de que "ahí fuera" las distancias, las dimensiones, las velocidades, las fuerzas son inmensas, mucho más que inmensas, hace que nosotros parezcamos... casi nada.

Puede ser esa la razón de que yo tienda a relativizarlo casi todo, la razón por la que no me tome esta vida muy en serio. ¿O tal vez sea al contrario? Tal vez me la tomo mucho más en serio que la mayoría.

Esta mañana he recogido todos mis libros y he encontrado el que quizás sea para mí el más entrañable: un pequeño atlas de Astronomía que mis padres me compraron allá por el 81, cuando yo sólo tenía 9 años.

Así que supongo que esa costumbre de tomarme todo esto como una especie de guión cinematográfico, me viene ya de entonces, y probablemente, de antes.

A pesar de mis momentos de melancolía, a pesar de mis largos ratos de reflexión, a pesar de la insatisfacción que a veces me generan mis caprichos, soy irremediablemente optimista.

Mi presente no es, en un aspecto concreto de mi vida, precisamente envidiable. Sería un momento estupendo para lamentarme, hundirme, culparme, compadecerme de mí misma... Pero todo eso ya lo he hecho. En cambio, ahora siento que tengo más fuerzas que nunca para levantarme. Y en lugar de ver mi situación como un final, la veo como una continuación. Ni siquiera como un principio. Sigo adelante, simplemente. Y sigo ilusionada. Es posible que mi ilusión no conlleve sonrisa ahora mismo, pero desde luego, sí conlleva paz y confianza.

Tengo muchos defectos, tantos como cualquiera, pero anoche, el mismo buen amigo, en una nocturna charla de sábado, me dijo, literalmente: "Todo esto será duro, pero como tú eres la misma de siempre, saldrás". Y... sí, esa es mi gran virtud. Me levanto. Cien mil veces. Y con la práctica, cada vez me levanto con menos dificultad.

Como le decía Juliette Binoche a Jeremy Irons en aquella película, "La gente herida es peligrosa. Sabe que puede sobrevivir". No es exactamente mi caso actual, nadie me ha herido... pero la frase me sirve.

Escribo todo esto, no sólo para expresarme después de un silencio largo y doloroso, sino también para deciros (especialmente a ti, que me leerás en el metro desde tu móvil) que el único sufrimiento que los simples terrícolas no podemos evitarnos es el de la falta de salud de un ser querido. Lo demás, está en nuestra mano. Siempre se puede hacer algo para salir adelante. Y una sonrisa ayuda muchísimo. Sobre todo si esa sonrisa es la nuestra.
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Hoy dejo una canción acompañada de un vídeo. La dejo porque ahora mismo, creo que yo sueno así. A unos os parecerá dulce, a otros, melancólica, a otros optimista y a otros, serena. Y yo estoy de todas esas formas. Estoy como sus notas y como la luz y el paisaje del videoclip.
Kings of Convenience - Misread.
http://www.youtube.com/watch?v=WOxE7IRizjI
Should I take that risk or just smile?...