Me recuerdo un día de sol, con ese calor incipiente de mediados de mayo.
Era sábado. Me levanté con una sonrisa. Y me puse aquel vestido rojo de manga corta y falda de vuelo, que me gusta tanto. Me calcé unos zapatos azules de tacón y me puse a bailar delante de mi espejo blanco, con aquella luz entrando por las rendijas de la persiana de mi habitación.
Y aquella suave música de fondo.
Y el optimismo que viaja siempre con el aire de la primavera.
Y la sensación de que era serenamente feliz. E inmensamente feliz.
Ojalá estuviéramos ya a mediados de mayo.
De dónde sale esto.
En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.
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