De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

martes, 29 de marzo de 2011

Más que palabras.

Dicen que las palabras se las lleva el viento. Pero no es cierto. Ojalá fuera así de fácil. Las palabras son tremendamente poderosas. Son, para nosotros, como las uñas de los gatos, o como las protectoras alas de un ave con sus crías.

Una sola palabra puede causar el más irreparable de los daños. Pero también puede curar la más profunda de las heridas.

Si fuéramos realmente conscientes de lo que decimos y cómo lo decimos, la vida sería más sencilla.

Deberíamos pensar bien todas las frases que vamos a decir en voz alta, porque es posible que nuestro interlocutor no las olvide. Y lo que digamos, será como nuestro pelo, o como nuestra forma de vestir, porque nos definirá.

Y también deberíamos pensar igual de concienzudamente lo que vamos a callar. La ausencia de palabras también hiere.

Una palabra, a veces, duele más que una bofetada y eriza la piel más que un beso.

Somos, además de agua o células, lenguaje. Él es el que da forma a nuestros pensamientos y emociones. Y por eso es esencial que los comuniquemos bien. Que nuestras palabras sean el dibujo fiel de nuestra mente y nuestro corazón. Que nuestras palabras hablen bien de nosotros.

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Y, hablando de palabras, esta canción está llena de ellas. Y dicen mucho.
The Last Shadow Puppets - Meeting Place

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