De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

jueves, 2 de septiembre de 2010

New York, New York.

Poco a poco, a medida que paso más tiempo aquí, mi imagen de Nueva York va cambiando. Tengo que reconocer que esto no ha sido amor a primera vista. Pero creo que ya es amor. Me gusta mucho esta ciudad. Aunque sería mucho más adecuado decir "me gustan mucho estas ciudades". Son mil ciudades en una. Cada vuelta de esquina es un lugar diferente y a veces, hasta opuesto. El final de los elitistas vecindarios de Park Avenue es el comienzo del humilde y difícil Harlem. El caótico mundo de Chinatown se confunde con el romanticismo de las terrazas callejeras de Little Italy. Todo el mundo encuentra su lugar en Nueva York.

Esta mañana hemos visitado el Bronx, Queens, Brooklyn y Harlem. Casi todos, escenarios de vidas complicadas de distintas razas. Pero el que más nos ha llamado la atención ha sido Williamsburg, el hogar de unos diez mil judíos ortodoxos. Un mundo aparte, literalmente. Diez mil personas que nacen para no ver nada. Que nacen para no conocer, ni saborear, ni siquiera mirar nada que no salga de sus calles, ni de sus costumbres. Lo cierto es que no conocía prácticamente nada sobre ellos y me ha impresionado saber que ellas, cuando se casan, han de raparse el pelo y llevarlo así mientras dure su matrimonio, aunque por la calle, pueden usar peluca. Una peluca prácticamente igual para todas: morena o castaña, de media melena. Todas y todos han de vestir de negro. Cuando ellos quieren hacer el amor con sus mujeres, simplemente, dejan el sombrero sobre su cama y ellas ya saben que tienen que estar dispuestas para acostarse con ellos, eso sí, siempre con una sábana de por medio, que minimice el roce de sus pieles. Y como no pueden mezclarse con otras razas, casi todos son miopes y pueden casarse con sus primos. Eso sí, las mujeres no pueden elegir esposo y a veces, le conocen dos días antes de la boda. Todo eso a menos de 15 kilómetros de Manhattan, el distrito que inspiró Sexo en Nueva York. Un distrito al que van a trabajar en sus propios autobuses, para no viajar con el resto de los seres humanos.

Queens es bastante más colorista. Allí conviven los millonarios de un barrio residencial con los inmigrantes de México, Colombia o Perú, en un ambiente más bien cordial.

Y el Bronx es lo que se espera: marginal, deprimido, algo hostil... y sobre todo, peligroso al anochecer.

Pero, volvamos a Manhattan. Ayer hubo visita cultural al MOMA, que me gustó más de lo previsto, y visita comercial al Soho, muy entretenido y agradable.

Y antes de ayer, dije que iba a hablar de la cena en Tao. El caso es que enlaza muy bien con lo que antes comentaba de la diversidad de culturas y nacionalidades. Tao es un restaurante de moda, de comida asiática. Un Buda enorme preside el local, de dos pisos con una iluminación más que tenue, pero agradable. Nos sentaron en una de las mesas de arriba. Yo no soy muy de mirar a la gente que tengo alrededor. Más bien suelo fijarme en cosas como las plantas, las lámparas, las cortinas, los letreros... Pero el grupo de la mesa de al lado llamó mi atención poderosamente. Eran dos chicos y tres chicas de unos veinticinco o treinta años y, cada uno de ellos representaba perfectamente a los cinco continentes. Había una chica asiática, un chico negro africano, una chica rubísima de tez muy blanca con pinta de australiana, un chico de rasgos muy característicos del Mediterráneo oriental y otra chica castaña, típicamente norteamericana. Pensé que podría tratarse de un grupo de modelos que habrían reclutado para una campaña multirracial. Todos eran atractivos, pero no excesivamente guapos, ni perfectos. Pero todos ellos representaban muy bien a sus respectivas etnias. Y, encima, me dio la sensación de que no tenían demasiada confianza entre ellos, lo que afianzó mi idea de que su reunión no era casual. Por lo demás, la comida del Tao era buena y excesiva, como casi todo aquí.

Hoy también hemos estado en Greenwich Village, escenario de series como Friends o Sexo en Nueva York. Un barrio agradabilísimo para vivir, pasear, tomar algo, comprar... El barrio en el que sin duda, viviría aquí si pudiera elegir. Simplemente encantador.

Y por la noche hemos cenado en Pastis, en el Meatpacking District, la zona de moda para ver y ser vistos. Lleno, como casi todo Nueva York, de chicas espectaculares, altísimas, delicadas y portadoras de vestidos mínimos y tacones máximos, y de chicos normalitos que las persiguen, por si hay suerte.

En fin... que me gusta esta ciudad.

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Empire State of Mind - Alicia Keys.
http://open.spotify.com/track/5sra5UY6sD658OabHL3QtI

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