De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

El país de las cosas pequeñas.

Tras estas vacaciones, he confirmado lo que ya creía: que en Estados Unidos todo lo hacen a lo grande. Desconozco si sucede lo mismo en el resto del continente americano, porque no he visitado ningún otro país del otro lado del Atlántico.

Así que vivimos en el continente de las cosas pequeñas. Allí se quejan del tamaño de las habitaciones de los hoteles europeos. No me extraña. En California, cualquier motelillo tiene cuartos de más de 25 metros cuadrados. Recuerdo que estuvimos en uno de Williams, que tenía dos camas de 1,35.

Por no hablar de los coches. ¿Para qué tanto? Se gastan todo en carrocería, porque el motor no les sirve para mucho, teniendo que ir por esas enormes autopistas a un máximo de 110 km/h. El Smart es una motito para ellos.

¿Y los cafés del Starbucks? ¿Realmente es apetecible un café con leche de medio litro? Las galletas, las magdalenas (allí les llaman muffins, pero son magdalenas) tienen un tamaño sobrenatural. Casi hay que servirlas en porciones.

En cambio, les gustan las mansiones sin jardín. Había un barrio de Queens, llamado Malva, poblado por gente pudiente. Por lo visto, el valor de las casas superaba el millón de dólares. Eran unos chalecitos muy monos, de dos o tres plantas, cada uno de un estilo. Pero sólo tenían una pequeña porción de césped delante de la casa, sin ningún tipo de valla o seto. Estamos hartos de verlos en las películas. Y entre una casa y la del vecino, 50 metros escasos de distancia. Privacidad cero.

La moneda, por ejemplo. Un billete de dólar tiene el mismo tamaño que uno de 50. ¿No se han planteado convertir el de dólar en moneda?

Y llego a Madrid y todo me parece chiquitito. Mis pequeñas tazas, mi pequeño ascensor, mi pequeño coche, mis pequeñas magdalenas...

¿Es porque tienen un país muy grande? ¿En Rusia, China o Australia, es también todo así de grande?

Es un país excesivo.

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Cuando era pequeña y soñaba con tener un programa de radio nocturno, donde leyera poesía y pusiera música (tenía hasta el título: "Luz de madrugada"), me encantaba escuchar esta canción.
Miguel Ríos - No estás sola

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