De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

martes, 21 de junio de 2011

Diferentes.

Es un hecho que los hombres y las mujeres somos distintos. Pero ¿por qué en lugar de marcar tanto esas diferencias, no nos aprovechamos de ellas? ¿Por qué no terminamos de aceptar esta realidad, unos y otras?

Las mujeres solemos quejarnos de que los hombres no nos entienden. En eso, ambos sexos estamos de acuerdo: ellos también dicen que no nos entienden.

Y lo cierto es que nosotras tampoco nos esforzamos mucho en entenderlos a ellos y encima, les tachamos de simples. ¿No es paradójico? ¿Es que acaso admitimos que no entendemos la sencillez?

Ellos se empeñan en que nosotras tengamos una lógica aplastante; en que digamos que sí cuando queremos decir sí; en que contemos, a la primera de cambio, qué demonios nos pasa, sin que nos lo tengan que preguntar más de una vez; en que no cambiemos de humor sin motivo (aparente)...

Y nosotras nos empeñamos en que cuando ellos dicen que no, tal vez estén diciendo sí; en que si están callados, es porque les pasa algo; en que cuando miran a la vecina de al lado, también están pensando en el horrible vestido que lleva; en que se den cuenta de que nos hemos dado unos reflejos dorados; en que distingan el azul turquesa del pavo real...

Nunca le pedirías a una rana que aprendiera sueco. ¿Por qué nos pedimos los unos a los otros que hagamos cosas que no podemos hacer? Aceptemos que la rana sólo croa y seguramente, nos llevaremos todos mejor. Pero aceptémoslo con alegría, no con amargura. Recreémonos en nuestras diferencias y aprendamos de lo bueno que tenemos cada uno, que es mucho más de lo que pensamos.
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Y hoy, peticiones del oyente:
Two Completely Different Things - Jamiroquai.

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