De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

jueves, 20 de enero de 2011

Las niñas, con las niñas.

Esta mañana me he enterado de la polémica que ha surgido en Francia por la publicación de un reportaje fotográfico de moda en Vogue, protagonizado por niñas de unos siete años, vestidas y maquilladas como mujeres adultas y adoptando gestos y posturas dignos más de Kate Moss que de Melody (cuando aún cantaba aquello de "Soy una rumbera").

Los detractores de este reportaje argumentan que ese tipo de fotos promueven la pederastia. Y yo, que normalmente soy bastante liberal y que pienso que a veces se sacan las cosas de quicio por falta de sentido del humor o de criterio... esta vez estoy del lado de los detractores. No sé si las fotos promueven la pederastia, pero desde luego, no me parecen para nada apropiadas. Y creo que estoy completamente libre de sospecha en cuanto a la limpieza de mi mirada.

No creo que en el arte valga todo. Y mucho menos cuando hay niños de por medio. Esas tres criaturas, dentro de 10 años serán, seguramente y a juzgar por sus físicos actuales, unas bellísimas mujeres capaces de protagonizar los sueños de cualquier hombre. Pero a la edad que tienen ahora, el aspecto que presentan en esas imágenes, provoca una mezcla de pena y rechazo.

No se trata de tres nenas calzándose los tacones de mamá o pringándose los labios de carmín rojo pasión. Se trata de tres menores (muy menores) vestidas y fotografiadas para inspirar pasiones que ni ellas mismas conocen o siquiera sospechan aún. Porque, sea buena o mala la intención que tenían los creadores del reportaje, el resultado es que intentan emular, sin gracia, a las modelos adultas con poses sensuales y glamourosas, adjetivos que no deberían calificar nunca a un niño pequeño.

Además... esas niñas ahora son conocidas mundialmente y no creo que eso les beneficie en nada más allá de lo económico.

Por supuesto, todos los ejemplares a la venta se agotaron en tres días. No me extraña. Yo misma he corrido a ver las fotos cuando me he enterado de la noticia. ¿Será la curiosidad o las ganas de juzgar por sí mismos lo que ha empujado a la gente a comprarla? Espero que, en la mayoría de los casos, sea así.

Me gusta mucho la moda. No la sigo, pero estoy enterada de las tendencias, los diseñadores, los clásicos... Pero este tipo de tonterías que a veces tiene ese mundo, me saca de quicio.
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Yo, a su edad, escuchaba cosas como esta:
Owner of a lonely heart - Yes.

2 comentarios:

  1. Para mi aqui hay 2 problemas:

    - El primero es que el principal culpable no es el supuesto artista, sino que son los padres quienes deberian anteponer la infancia de sus hijas al interes economico. Siempre me ha parecido que deberia vigilarse con mucho cuidado todo el tema del uso de niños en publicidad y television.

    - El segundo es que hemos llegado a un punto en el que todo vale.
    No se si Maquiavelo fue un visionario o es que realmente siempre ha sido asi, pero su conocida cita "El fin justifica los medios" tiene hoy mas que nunca el reflejo en nuestra sociedad y lo peor de todo es que ya estamos tan acostumbrados que pocas veces salimos de el estado de aturdimiento al que estamos sometidos.

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  2. Totalmente de acuerdo en lo de que los culpables son los padres. Realmente los padres son los culpables de casi cualquier cosa que pueda pasarle a un niño. Los niños son arcilla y los mayores los modelamos a nuestro antojo. Y ese antojo puede ser de lo más perjudicial...

    Y lo de que todo vale... desgraciadamente, tampoco puedo discrepar mucho. Eso parece. Da la sensación de que la libertad se confunde con el libertinaje y no deberíamos olvidar dónde están los límites de lo ético, del buen gusto...

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