De dónde sale esto.

En mayo de 2009, fui a Los Ángeles en un viaje de trabajo. Se trataba de asistir a un evento anual al que sólo suelen ir los grandes jefes de ciertas empresas, pero ese año, un "gran jefe" no pudo ir y fui yo, una doña nadie. El blog nació sólo como una forma diferente y barata de comunicarme con mi familia y amigos mientras estaba allí, a 9 horas de distancia temporal. Pero luego, le cogí el gustillo y, aunque ya no estoy allí, sino en Madrid, considero que nuestras vidas son unas grandes súper producciones y que yo, al fin y al cabo, sigo siendo una doña nadie en Hollywood.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Cosas de la edad.

Cuando eres niño, las horas parecen no pasar. Las tardes de domingo son eternas. Nunca llega la hora del recreo. La noche de Reyes siempre está lejísimos. Y cumplir los 18 es algo que parece inalcanzable. Los mayores te dicen que el tiempo pasa muy deprisa y tú no lo crees. Y luego, eres mayor y no puedes creerte que el tiempo haya pasado tan deprisa.

Un martes viene casi después del jueves. Septiembre parece el mes siguiente a marzo. Los 35 se cumplen el año siguiente a los 23.

Y no te das cuenta de que pasa la vida. Y ves a tus coetáneos y te parecen unos carrozas. Y te crees que tú no lo pareces. Y no entiendes por qué te llaman de usted, ni por qué ya no te sienta bien la ropa de la planta joven de El Corte Inglés.

Probablemente es porque, para algunos, sólo envejece el cuerpo. El espíritu o lo que sea, madura, se moldea... pero no llega a envejecer.

He encontrado un blog que seguramente muchos de vosotros ya conocíais, porque es muy famoso. En cambio, yo no lo he visto hasta hoy. Es el blog de María Amalia, una mujer que, con 95 años y la ayuda de su nieto, comenzó a escribir en Internet. María Amalia murió el año pasado, pero el blog se mantiene vivo. Le he echado un vistazo y me he encontrado con una mujer tremendamente joven, que aun nonagenaria, seguía teniendo la misma curiosidad y la misma capacidad de sorpresa que cualquier niño de ocho.

Y, como ella, hay cientos de miles de ancianos cuya mente no vive conforme a su edad. Cuya mente vive conforme a la vida. Gente que, ante las novedades se niega a decir cosas como "eso ya no es para mí".

Me ha encantado una frase suya, fabulosa: "Y el joven no se da cuenta de las dificultades que tiene el viejo, porque nunca fue viejo."

Una anciana como ella, como tantos otros, nunca ha sido vieja en realidad. Los viejos son viejos desde antes, desde muy jóvenes.

Es difícil desarraigarse de la cultura en la que uno nace, de las creencias que nos inculcan desde pequeños, de las limitaciones que nos pone la sociedad, el qué dirán, lo que está bien visto, lo que es "normal", lo que "debe ser". Pero la juventud reside en la apertura mental. Reside en ser curioso y plantearse por qué los demás son distintos, por qué actúan de manera diferente, por qué las cosas son así ahora y no como cuando éramos jóvenes. Reside en tener ilusión por seguir conociendo, por seguir preguntando y preguntándose. Como decía María Amalia, "El preguntar no tiene cancela."

Cuántos mueren viejos con 23 años y cuántos mueren jóvenes con 98, con toda la vida por delante...

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Hoy, la canción va dedicada a un joven amigo y lector mío que siempre será joven, aunque ayer cumpliera nada menos que 28 años. Sé que te gusta:
Let's Dance - David Bowie

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