Cuando uno está enamorado y es correspondido, los días parecen más luminosos, todo el mundo corresponde a nuestras sonrisas, odiamos un poco menos a quienes nos hacen la vida difícil y nos sentimos capaces de todo, valientes, seguros...
Y, en cambio, el mundo sigue siendo igual. Sólo hemos cambiado nosotros.
Tal vez sea buena idea intentar estar constantemente en esa primera fase de enamoramiento. Y enamorarse de un paisaje, de una canción, de un libro... Y no dejar nunca de ser quienes somos cuando estamos enamorados.
----------